Una de las bases esenciales, nunca mejor dicho, para nuestros ungüentos, son los aceites y extractos de plantas, que son los que nos permiten aprovechar todas esas propiedades tan beneficiosas para nuestra salud y que la naturaleza nos brinda con toda su generosidad. Son los elementos básicos y también los procesos que hacen que nuestros productos sean eficientes, además de naturales y ecológicos.

Existe una variedad de métodos que pueden ser utilizados en la extracción de aceites esenciales de plantas medicinales y aromáticas. Aunque el proceso de destilación es el método principal utilizado en la extracción de los aromas de las plantas, también detallamos, a continuación, varios de los métodos a través de los cuales se obtienen esos valiosos componentes.

Destilación por vapor

El material de la planta se coloca en un destilador y luego se pasa vapor caliente a través del mismo. El calor rompe la cámara de almacenado del aceite esencial y libera el aceite hacia el vapor. El vapor/aceite sube dentro del destilador hasta un condensador, que es simplemente un tubo en espiral sumergido en agua fría, que condensa el vapor en agua. 

Al final de la condensación, el agua y los aceites esenciales se recogen en un recipiente (balón de destilación). Este recipiente especialmente diseñado tiene dos salidas, y, considerando que el agua y el aceite no se mezclan, la solución se separará en aceite esencial e hidrolato que es la parte acuosa, que contiene entre un 0,05-0,1% de moléculas aromáticas, además de otros componentes. Los aceites esenciales son en general menos densos que el agua y flotaran sobre la misma.  

Una vez recolectados, la salida más baja del balón de destilación, permitirá drenar el hidrolato. El proceso debe realizarse durante la destilación para evitar que el recipiente se desborde.

Antes de llegar a utilizarse este tipo de destilación, anteriormente se usaba el prensado como forma de extraer los aceites esenciales de las plantas.

Prensado

Este método se utilizaba para extraer esencias de la familia de los cítricos principalmente. Se prensa la cáscara de la fruta y se separa el aceite del agua por medio de un centrifugado. Es el método más simple, aunque también el más limitado. Consiste en romper mecánicamente las bolsas de esencia de los frutos. Así, el producto obtenido es una esencia, no un aceite esencial y no ha sufrido ninguna modificación bioquímica en su composición en el proceso. Por este proceso se obtienen todas las esencias derivadas de los frutos de los cítricos.

Rozamiento o Enfleurage

Otro método que se utilizaba históricamente es la extracción de aceite de las flores a partir del rozamiento. 

Las flores son colocadas en láminas de vidrio que están cubiertas de grasa purificada. La grasa absorbe el aceite esencial de las flores y una vez terminado, la flor se remueve y reemplaza por una nueva. Este proceso es repetido tantas veces como sea necesario hasta que la grasa quede saturada con aceites esenciales. El resultado de este proceso es denominado “pomada”; luego es disuelta en alcohol. Si bien la grasa no se disuelve en alcohol, el aceite esencial sí. El líquido resultante de este proceso, se calienta con cuidado y al evaporarse primero el alcohol, el aceite esencial en su estado puro queda en el recipiente.

Maceración

El método de maceración para la obtención de aceite esencial de plantas medicinales, consiste en poner en un bote de cristal la planta medicinal cortada o machacada ligeramente hasta un tercio de su capacidad, y terminar de llenar el bote con el aceite base (oliva virgen extra, almendras dulces, argán, coco, etc.). Luego, se debe guardar en lugar oscuro y fresco durante 4 a 6 semanas. Pasado este tiempo, se cuela y se guarda en un frasco de cristal opaco para que ayude a conservar los principios activos que ha liberado la planta y que ahora se encuentran en el aceite.

Extracción con solvente 

Este es uno de los métodos más modernos de extracción y se utiliza principalmente con aceites de flores como el jazmín, rosas y nardos, etc. Técnicamente, los productos utilizados en la extracción solvente no son aceites esenciales, sino que habría que referirse a ellos de manera más exacta como “absolutos”. 

Desafortunadamente, la extracción con solvente utiliza químicos fuertes que pueden dejar residuos en el absoluto aromático, y que pueden resultar en una posible irritación cutánea. Motivo por el cual, los absolutos no se consideran adecuados para realizar masajes.  

La versión simplificada de la extracción con solvente es la siguiente:

  • En primer lugar, se cubren las flores con un solvente químico que absorbe el aceite esencial.
  • En el siguiente paso se remueve el solvente a través de un proceso de destilación del extracto a baja presión. Se reduce aquí el punto de ebullición del solvente de manera tal que para ser removido sólo se requiere un calor suave, dejando solo las moléculas aromáticas.
  • El concentrado se enfría y se solidifica con una consistencia similar a la cera.
  • Para poder remover la cera no deseada, el concentrado se lava y se entibia en alcohol, lo que hace que los aceites se disuelvan en él.
  • La mezcla con alcohol luego se enfría y se separa la cera remanente, se filtra y se remueve el alcohol por destilación en vacío a la menor temperatura posible.  

Extracción de Dióxido de Carbono (CO₂)

La extracción con CO₂ es un método relativamente reciente.  Se producen aceites puros y de una calidad única, que difieren en gran medida de aquellos aceites destilados con vapor. Una de las ventajas de su uso es que, al ser el CO₂ un gas inerte, no reacciona químicamente con el aceite que se extrae, es no-tóxico, incoloro e inodoro y al mantener temperaturas bajas, los componentes que podrían ser dañados por la temperatura no sufren ningún daño; no hay notas más bajas o más altas; así se retienen los olores y sabores naturales característicos.

Básicamente, el dióxido de carbono puede tener estado líquido o gaseoso dependiendo de la presión atmosférica y temperatura a la que está sometido. Por sobre 33 °C y a más de 200 atmósferas (es decir, 200 veces la presión atmosférica regular), el CO₂ alcanza una temperatura muy alta para ser un líquido convencional, y muy presurizado para ser un gas convencional; se encuentra, entonces, en el punto de inflexión. Entonces se puede dispersar sobre el material vegetal y tener propiedades solventes. Este método permite la producción de aceites a bajas temperaturas y de forma rápida, en solo unos minutos, sin dejar residuos químicos en el producto final. Una vez completada la extracción, se libera la presión y el dióxido de carbono regresa a su estado gaseoso y deja como resultado el aceite en estado puro.  

Debido a que la extracción se realiza en una cámara sellada, se puede recuperar todo el aceite, incluso los componentes más frágiles y volátiles. Sin embargo, existe una desventaja de este tipo de proceso; los residuos de pesticidas presentes en las plantas dejan valores mayores en comparación con métodos de extracción más convencionales. Por otro lado, también es cierto que la extracción por CO₂ recupera todo el material de la planta.

Aquí una pequeña guía de cómo hacer aceites esenciales

Foto: @awesomecontent

Fuentes:

Home: International Federation of Aromatherapists (ifaroma.org)

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